1 Tim 2:4, 2 Pedro 3:9, Juan 3:16, Rom 10:9-11

En el Antiguo Testamento, el profeta Jonás se enojó cuando vio que el pueblo de Nínive se arrepentía después de escuchar la palabra de Dios. Dios le dijo a este enojado profeta Jonás que Dios ama a todos y quiere salvarlos. (Jonás 4:8-11)

Jonás 4:8 Y acaeció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió á Jonás en la cabeza, y desmayábase, y se deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que mi vida. 9  Entonces dijo Dios á Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. 10  Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció: 11  ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella grande ciudad donde hay más de ciento y veinte mil personas que no conocen su mano derecha ni su mano izquierda, y muchos animales?

Dios quiere que todas las personas lleguen a la salvación creyendo que Jesús es el Cristo. (1 Timoteo 2:4, 2 Pedro 3:9)

1 Timoteo 2:4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. 

2 Pedro 3:9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Cualquiera que crea en Jesús como el Cristo será salvo. (Juan 3:16, Romanos 10:9-11)

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Romanos 10:9  Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10  Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud. 11  Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.